20 de julio de 2010

El barranco encantado

En un barranco conocido por muchos, existe una población aceptable de salvelinos. Especie esta, oriunda de Norteamérica, se ha adaptado muy bien en este curso fluvial. Pese a que ha pasado por momentos de mayor esplendor, todavía posee una población apta para intentar ser pescado. Aun merece la pena perderse entre sus cascadas, corrientes y angostos pasos para tentar a este salmónido venido de tierras americanas.


Habiendo dormido muy poco, el despertador sonó puntual a su cita. Como un resorte me levante de la cama y poco más de 15 minutos, estaba montado en el coche subiendo por la pista forestal.

Hace un día precioso y el río baja bien de agua.

Una vez aparco el coche, me dirijo a una zona alta donde el barranco se encajona y la fisonomía es muy atractiva para ser pescada, con continuas cascadas, pozas y pequeños remansos donde poder pasear mi sufrido streamer.

En los primeros lances observo que no me sigo ningún salvelino el streamer. Voy cambiando a ninfa, algunas secas, pero no tengo ni picada. Después de unos 20 minutos vuelvo a colocar un streamer y al primer lance clavo mi primer salvelino. Tras varios chapoteos lo tengo en las manos. Que preciosidad de animal. Se trata de un macho ya que tiene la librea más anaranjada que las hembras.

Mucho mas motivado, continuo la pesca y las picadas se van sucediendo. Están bastante recelosos y son en varias ocasiones en las que me siguen hasta los pies el streamer o lo embocan mal desclavándose al instante. Aun así, pude sacar unos cuantos y me lo pase de cine.





Sin darme cuenta, habían pasado 4 horas. Como pasa el tiempo cuando uno disfruta.
De camino al coche, la panorámica de las montañas al fondo, me acompañaron como telón de fondo a la jornada.