20 de julio de 2010

Mi primer y último Ibon de alta montaña

Este año no había visitado ningún ibon, y pensaba que no iba a hacerlo. Todos los años hago varias incursiones en estas masas de agua. Con entornos de una belleza sin igual, la pesca en ellos adquiere un tinte especial.

Esta vez visite uno que no lo había hecho hasta ahora.

Como casi todos, no hay uno que sea feo, y como casi siempre la pesca es toda una incógnita.

Puedes pegarte una pescata de escándalo, o las truchas pueden reírse de uno hasta límites insospechados.

Al llegar observo varias truchas que se ceban, sin llegar a haber una actividad frenética. Con la mosca seca, voy probando aquí y allá pero parece que no acierto con la mosca.

En varias ocasiones, varias truchas se ceban al lado de la mía. Uno llega a sentirse un tanto impotente.

Pero al fin, el sol se puso por el horizonte. La falta de luz, unido al tricoptero que puse al otro extremo de la cola de rata me empezó a dar picadas.

Tras varias picadas infructuosas en la que una pintona salto entera fuera del agua en post de la mosca, 2 truchas de pequeño tamaño pero de muy brava lucha, entraron a la mosca y me depararon una buena pelea y captura.



Pensé que era el momento, pero tras 20 minutos en las que saque estas 2 truchas y se me desclavaron algunas mas, comenzó a hacer aire y la actividad ceso. Y con ello las truchas se dedicaron a otros quehaceres.

Con un frío considerable decidimos poner punto final.

Volveremos a los Pirineos en 2011.

Que lejos queda….