27 de julio de 2010

Vuelta al calor


De nuevo, he vuelto a mi tierra de acogida, Extremadura. He pasado de dormir con manta en el pirineo, a pasar un calor sofocante, superando en algunos momentos del dia los 40ºC. Esto es para vivirlo.

Por las mañanas, a eso de las 10 de la mañana, hace un calor que aprieta. ¿¿Y dicen que esto es buen tiempo?? Al igual que pasa cuando hace -10ºC, ahora con 40ºC, la gente no sale a la calle, cada uno busca su refugio. De buen tiempo nada.

Entre tantas, la caña hay que seguir echandola. En casa se pesca poco. La temperatura del agua es templada, casi hasta caliente. Imagino que los peces buscan capas de agua mas profundas, un tanto inacesibles desde orilla. Los pocos peces que estan activos, son pequeños basses que deambulan por las orillas y que entran a los señuelos con cierta confianza.





Espero con ganas que vengan temperaturas mas frescas, y con ello, los grandes basses y lucios se asomen a las orillas, siendo mas vulnerables a mi caña. Mientras tanto, voy explorando lugares y sitios, con bellos atardeceres.


20 de julio de 2010

Mi primer y último Ibon de alta montaña

Este año no había visitado ningún ibon, y pensaba que no iba a hacerlo. Todos los años hago varias incursiones en estas masas de agua. Con entornos de una belleza sin igual, la pesca en ellos adquiere un tinte especial.

Esta vez visite uno que no lo había hecho hasta ahora.

Como casi todos, no hay uno que sea feo, y como casi siempre la pesca es toda una incógnita.

Puedes pegarte una pescata de escándalo, o las truchas pueden reírse de uno hasta límites insospechados.

Al llegar observo varias truchas que se ceban, sin llegar a haber una actividad frenética. Con la mosca seca, voy probando aquí y allá pero parece que no acierto con la mosca.

En varias ocasiones, varias truchas se ceban al lado de la mía. Uno llega a sentirse un tanto impotente.

Pero al fin, el sol se puso por el horizonte. La falta de luz, unido al tricoptero que puse al otro extremo de la cola de rata me empezó a dar picadas.

Tras varias picadas infructuosas en la que una pintona salto entera fuera del agua en post de la mosca, 2 truchas de pequeño tamaño pero de muy brava lucha, entraron a la mosca y me depararon una buena pelea y captura.



Pensé que era el momento, pero tras 20 minutos en las que saque estas 2 truchas y se me desclavaron algunas mas, comenzó a hacer aire y la actividad ceso. Y con ello las truchas se dedicaron a otros quehaceres.

Con un frío considerable decidimos poner punto final.

Volveremos a los Pirineos en 2011.

Que lejos queda….

El barranco encantado

En un barranco conocido por muchos, existe una población aceptable de salvelinos. Especie esta, oriunda de Norteamérica, se ha adaptado muy bien en este curso fluvial. Pese a que ha pasado por momentos de mayor esplendor, todavía posee una población apta para intentar ser pescado. Aun merece la pena perderse entre sus cascadas, corrientes y angostos pasos para tentar a este salmónido venido de tierras americanas.


Habiendo dormido muy poco, el despertador sonó puntual a su cita. Como un resorte me levante de la cama y poco más de 15 minutos, estaba montado en el coche subiendo por la pista forestal.

Hace un día precioso y el río baja bien de agua.

Una vez aparco el coche, me dirijo a una zona alta donde el barranco se encajona y la fisonomía es muy atractiva para ser pescada, con continuas cascadas, pozas y pequeños remansos donde poder pasear mi sufrido streamer.

En los primeros lances observo que no me sigo ningún salvelino el streamer. Voy cambiando a ninfa, algunas secas, pero no tengo ni picada. Después de unos 20 minutos vuelvo a colocar un streamer y al primer lance clavo mi primer salvelino. Tras varios chapoteos lo tengo en las manos. Que preciosidad de animal. Se trata de un macho ya que tiene la librea más anaranjada que las hembras.

Mucho mas motivado, continuo la pesca y las picadas se van sucediendo. Están bastante recelosos y son en varias ocasiones en las que me siguen hasta los pies el streamer o lo embocan mal desclavándose al instante. Aun así, pude sacar unos cuantos y me lo pase de cine.





Sin darme cuenta, habían pasado 4 horas. Como pasa el tiempo cuando uno disfruta.
De camino al coche, la panorámica de las montañas al fondo, me acompañaron como telón de fondo a la jornada.

Mi ultima visita en Pirineos

Pensaba que no iba a volver a contemplar las grandes montañas de los pirineos. Estaba resignado a tener que realizar la próxima visita el año que viene.

Una posibilidad surgió, y pese a los cerca de 1000km que me separan de mi actual residencia, con un halo de cierta locura, preparé mi última visita a tierras pirenaicas. No sin antes hacer la obligada parada en Zaragoza para disfrutar de la noche y las buenas compañías. Cuando pasas tiempo fuera de casa se agradece ver a quien te aprecia.

Una vez saciado mi necesidad social de ver a quien uno quiere, llego la necesidad de ver montaña, ríos, nieve y por supuesto truchas y algún que otro salvelino.

Que nervios!!

Un tanto cansado de la noche anterior, nos propusimos una pesca cómoda y accesible al día siguiente a mi llegada.

Falto tiempo para montar las cañas y lanzar al agua en busca de truchas activas que entraran a los señuelos.

Sin realizar una pescata de escándalo, las pocas truchas que salieron del agua me lo hicieron pasar realmente bien.


Que ganas tenia de sentir al otro extremo del sedal a una trucha común autóctona!!