En vacaciones me deje un par de tardes libres para perderme por el río. En esta época del año, los ríos bajan con poca agua y las truchas están un poco más resabiadas que en meses anteriores. Finalmente fui a dos tramos que no pescaba desde primavera. Tiempo suficiente para que los peces se olviden de mi y de mis cucharillas.
El primer día empezó bastante mal, sin nada de actividad ni picadas. Llegue a pensar que quizá llevaba delante algún otro pescador. El caso que sobre las 19h, la cosa cambió e hice mas en 20 minutos que en toda la tarde. Cosas de la pesca.
Con varias capturas realizadas y en cierto modo, calmado el mono, me dirigía hacia al coche a falta de pescar un par de pozas y corrientes. No pensé que en la penúltima tirada, pescaría la trucha que más batalla me ha dado de la temporada.
Fueron cerca de dos minutos en los que la trucha no dejo de pelear. Fue impresionante. No suelo medir ni pesar las capturas, pero creo que es de las mejores de la temporada.
Al día siguiente probé otro tramo, y pese a que no capturé, ni tuve ninguna picada, merecedora de ser contada, pase una tarde entretenida.
Unas jornadas para olvidarse de todo.
Feliz pesca.