Llevaba un
tiempo pensando en ir a pescar salvelinos. Siempre que he ido tras ellos lo he
hecho a mosca, y me apetecía esta vez probar a intentar sacarlos a lance.
En todo el año
no he podido ni tenido tiempo para poder ir, pero el pasado fin de semana logré
liberarme de compromisos y demás obligaciones sociales y por fin pude perderme
por este rincón del pirineo aragonés.
Aparqué el coche
y me dispuse a andar hasta la zona de pesca por la senda que discurre
paralelamente al barranco.
Al segundo lance
de comenzar la acción de pesca, un bonito salvelino se prende de la cucharilla.
Empezamos bien!!,
Al tercero saque
otro en la poza siguiente, parecía que el día iba a estar bien. Y así fue.
No bajaba mucho caudal, pero las buenas capturas se fueron sucediendo con momentos de una muy alta actividad.
Había zonas en las que los salvelinos que salían eran de buena talla, no eran nada pequeños, de hecho tuve rachas de sacar varios bastante guapos.
En las siguientes fotos son del que creo fue el más grande que saque en la jornada.
Al devolverlo al
agua se quedó tan tranquilo en la pequeña corriente que tenía en frente mío.
Poco a poco fui
ganando altura y sobrepasando cascadas.
Pero los
salvelinos estaban presentes en todos los tramos y algunos de ellos seguían
dando una buena talla y pelea con buenas capturas consecutivas.
En el tramo
último el valle se ensancha y ya hay pocas pocetas y el curso del río es
tendido, allí seguí sacando salvelinos, pero más pequeños.
Al acercarme a
esta cascada fui viendo el final a esta buena jornada de pesca. En la propia
poceta que hay debajo de la cascada saque mi último salvelino, en este caso un
tanto pequeño.
De camino al
coche las vacas y las cumbres me acompañaron en una vuelta a casa en la que
saboree cada una de las muchas y buenas capturas realizadas.
Una jornada para el recuerdo.
Nunca pensé que el mes de septiembre me fuese a deparar las jornadas que últimamente estoy teniendo, al igual que me paso la semana pasada, volví a batir número de capturas en una jornada en este 2012.