Como no podía ser de otra manera, parte de mis vacaciones fue destinada a pasar algunas días pescando. Después de tomar el sol abundantemente en una de las islas con más fiesta y vida nocturna de este país, tocaba relajarse con la caña y el sedal.
Esta vez un bonito tramo del pirineo fue escenario de mis 21 capturas. Pudieron ser alguna más, pero lo pase de cine. Las mejores fotos.